domingo, 19 de enero de 2014

PANTEÓN DE ILUSTRES SEVILLANOS, FACULTAD DE BELLAS ARTES


Accedí por primera vez el 14 de febrero de 1996. Un grupo de amigos, pertenecientes a Gallo de Vidrio y a Amigos de la Capa, acudimos hasta la tumba de Gustavo Adolfo Bécquer con motivo de ser el Día del Amor y coincidir con una sesión mensual de las Tertulias abiertas de Gallo de Vidrio, las cuales vengo coordinando los segundos miércoles de cada mes, de octubre a junio (salvo que sea festivo), desde 1994. Al bajar los primeros escalones, aún externos, tras cruzar la verja que le separa del patio de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla y dejar a un lado una cerrada puerta que comunicaría con la Iglesia de la Anunciación, ya impresiona leer Panteón de Sevillanos Ilustres. Universidad de Sevilla. Tras una puerta de hierro, comienza el descenso a la cripta; suelos y paredes de mármoles verdes y blancos; dieciocho escalones y pasillo que anuncia el camino hacia un espacio noble; el ánimos se predispone hacia un “encuentro”…; cruzado un pequeño arco, la vista abarca una dimensión impresionante desde un rincón del lateral izquierdo del crucero; dos sepulcros con estatuas yacentes, relieves en bronce en el frente, lápidas a la derecha, una luz iluminada –justa en proporcionalidad- a través de unas grandes antorchas a modo de los diseños de los conocidos “cuernos de la fortuna”, un altar pétreo, un crucificado de madera, suelos de mármoles marrón/rojizo/negro, paredes graníticas grisáceas/verdosas y el deseo de asomarse de inmediato a la nave para ver qué hay más… realmente de sorprende cuando se vislumbra. Un gratísimo placer el estar en ese lugar, que permanece cerrado todos los meses y año tras años, salvo que algún grupo de personas concretas soliciten acceder puntualmente al mismo… de inmediato se comienza a leer, de manera apresurada pues en pocos segundos se desea saber quién es quién de cuantas personas pueden estar allí. Encaman las landas y sepulcros cuando se aprecia que abajo –en el subsuelo- están quienes arriba -en la calzada- dan nombre a las calles de la ciudad Sevillana. Casi todos tienes rótulos en las esquinas; pasamos con frecuencia por algunas de ellas, hallándose la mayoría en el casco antiguo; hemos buscado algunas que no teníamos memorizadas su ubicación exacta y acongoja el juego de nombres y apellidos en el nomenclátor callejero y la realidad de una vida: un enterramiento y un rótulo callejero, eso sí, quedando una estela según el cometido realizado en vida terrenal, que a veces permanece en el olvido sino se remueve para que esté a flote. Como este Panteón que ahí está y muy pocos sevillanos conocen.
Pasamos a diario por la calle Laraña, por la Encarnación junto a la Iglesia de la Anunciación, y a veces entramos en ella –más cuando llegan los días semanasanteros con la Hermandad del Valle-. Escasos saben que debajo de sus pies se encuentra encomiable lugar… He de confesar que cuando pensamos entrar el indicado 14 de febrero, mis colegas galleros me expresaron que en la década de los setenta –en pleno apogeo naciente del colectivo cultural- ya estuvieron ante la sepultura becqueriana; nadie se acordaba de la gestión que fue necesaria para efectuar para entrar. Telefoneé al diligente Mauricio Domínguez Domínguez-Aduame, responsable municipal sevillanote Protocolo, pensando que el Panteón estaba bajo la jurisdicción del Ayuntamiento, y a través suya, como espacio noble, comenzaríamos la tramitación. Cuál sería mi sorpresa cuando me manifestó que pertenecía al control universitario. De inmediato contacté con el gabinete rectoral y la eficaz jefa del mismo, Charo Sánchez Calero, me expresó que se hallaba bajo la tutela del Decanato de Bellas Artes al estar en el subsuelo de la Facultad. Una nueva gestión, ahora con el decano de entonces, Juan Carlos Arañó Gisbert, con quien mantenía amigables relaciones al haber compartido con él parte de mi etapa decanal en Ciencias de la información (otra parte fue en encantador trato con Antonio Zambrana Lara). Y pudimos disfrutar del Panteón de Sevillanos Ilustres. Muchos, al vivir la sesión con la Asociación  Amigos de la Capa, acudimos con la llamada pañosa sobre nuestros hombros (porque además era febrero pues en otros meses sevillanos, hubiese sido imposible.). Y desde ese día tuvimos claro que había que difundir cuanto disfrutaron nuestros sentidos…
Busqué bibliografía existente. Solamente encontramos un capítulo –Cripta de Sevillanos Ilustres- dentro del libro Universidad de Sevilla: Patrimonio monumental y artístico. Ratifiquemos el dato (ya le conocíamos por el historiador local Aurelio Delgado) que la estructura actual de la cripta se realizó al inicio de l década de los setenta gracias al interés demostrado por la Dirección General de Bellas Artes del entonces Gobierno de Madrid, siendo director general de la misma que recordado Florentino Pérez Embid, sevillano nacido en Aracena que dedicó parte de su vida a la docencia en la universidad hispalense. Y supimos pormenores sobre cuando cuanto existió en el lado derecho del crucero que se trasladó a su primitiva procedencia del monasterio de La Cartuja tras la restauración del mismo para el mítico 1992. Percibimos que en el Panteón había más datos que reflejar que cuanto se ofrecía en esta obra patrimonial universitaria: fotografías, transcripciones de lápidas…sin entrar en aspectos artísticos y otros que serían parcelas para diferentes enfoques; una vez más surgía la interdisciplinaridad. Optamos por una aplicación de análisis informativo, con resultados periodísticos, sin entrar en objetivos de otra índole ni conducentes a resultado de otras Áreas de Conocimientos no teniendo intención alguna de interferir a ninguna persona en su dinámica investigadora en su trayectoria pasada, actual o venidera. Jacer y efectuar con pautamientos de captación de datos y aplicaciones solamente de enfoque periodístico a través de la aplicación y difusión de uno de los diversos canales de transmisión externa del mensaje informador, toda vez que esa es mi Área de Conocimiento y no otra, y bien se sabe que un mismo tema puede ser estudiado desde diferentes análisis según desde el Área donde se trate. Ante ello, preparamos un plan de trabajo pautado desde la trayectoria periodística, que ofrecimos poderlo editar a nuestros compañeros de Gallo de Vidrio, a modo de pliegos dentro de las habituales publicaciones de este tipo desde hace ya más de veinticinco años a favor de temáticas sevillanas no manoseadas ni moquetadas; se incluyó s impresión desde una serie de trabajos en colaboración con la Asociación Nueva Alemania y la Junta Municipal del Distrito del Casco Antiguo,  cuyo concejal –delegado- el amable Manuel García García- me habló sobre la visita que había tenido de persona que estaba gestionando poder trasladar los restos de la poetisa Fernán Caballero al Panteón, información que ya tenía por vía del vicerrector de Relaciones institucionales y Extensión Cultural de la Universidad Sevilla –el inefable Adolfo González Rodríguez-. En próximos meses, posiblemente la misma primavera de 1999, esta intelectual de las Letras tendrá su sitio entre los ilustres del lugar: espacio hay suficiente un la dimensión de la cripta en cruz latina.
Contactamos con la decana actual de la Facultad de Bellas Artes, Rita del Río Rodríguez, quien nos trató amabilísimamente junto al vicedecano Juan Manuel Abad Gutiérrez, el cual nos informó que el profesor Alfonso Pleguezuelo Hernández está preparando unos trabajos sobre el Panteón. Ojalá también vean pronto su publicación. Cuanto más haya, mejor. Y si son desde diferentes aspectos, así nos acercamos al todo. Hemos entrado durante varios días en la cripta con la que nos hemos familiarizado como si de nuestra propia biblioteca se tratase. Una aportación periodística a modo de gran crónica o reportajes este Pliego. Hay suficiente material para intentar otras aportaciones es un devenir… Sí quiero hacer una petición a la autoridad universitaria: abrasé el Panteón de Sevillanos Ilustres; al menos, un día al año, creándose el Día del Sevillano Ilustre; posmilítese que desde por la mañana a por la tarde pueda ser visitado por todo ciudadano que lo desee; Sevilla y el mundo tiene que conocer esta maravilla de Panteón que existe en el mismísimo centro de la ciudad. Convencido estoy que esta solicitud será una realidad inmediata… Gracias, desde ya, por escuchárseme…No olvidemos que honrar a nuestros antepasados es honrarnos a nosotros mismos…
José Manuel Gómez y Méndez
Universidad de Sevilla, Abril de 1999

En el segundo arco de la izquierda de la nave, tenemos dos enterramientos, el  primero de ellos recoge un busto de Alberto Lista y Aragón y un texto en latín donde, sin indicar ninguna fecha, señala que fue presbítero y canónigo de la Iglesia Metropolitana Hispalense y vierte toda una laudatoria en torno a su persona, destacando su dedicación a la poesía y a la creación literaria con altos adjetivos hacia él, dejando constancia que la Academia Hispalense, entristecida, ayudándole toda la provincia y unidos los escolares y amigos, le colocó este monumento.
En el siguiente, que también tiene un busto y ausencia de fecha, se escribe en latín y transmite en castellano: “Al afortunado José Reinoso y Gómez, decano de la vigorosa Metropolitana Hispalense, trasladado desde el sepulcro de Madrid a esta Universidad, honrado con corona por sus descendientes, estrella de oro por los pobres, corono cívica por los ciudadanos, panacea de laurel y olvido, portador de la clemencia y de la fe católica. La Academia Literaria Hispalense con la cooperación de los escolares y de sus fieles amigos, oyendo el decreto regio se sepultó aquí”.
En el lado izquierdo del crucero, existen dos sepulcros, con inscripciones en latín. En de la derecha, en su lateral derecho, tiene escrito, todo en mayúsculas:
DEOVIVENTVM S. BENEDICTI ARIAE MONTANI DOCTORIS THEOLOCI, SACRORUM LIBRORYM EX DIVINOBENEFICIO INTERPRETIS EXIMINI, ET TESTIMONII JESUXPI DOMINOSTRI ANUNCIATORIS SEDVLY, VIRI INCOMPARABILIS TITVLIS CVNTIS MAIORIS. MONVMENTIS AVGVSTIORIS OSSIBO INDIEM RESVRRECTIONIS IUSTORVM CVM HONORE ASSERVANDIS DOMINVS ALFONSVS FONTIVERVS PRIOR ET CONVENTVS SANCTI JACOBI HISPALENSIS PRIORIS QVOND AN SVI OPTIME MERITI MEMORIAM VENERATI P.C. AN 1605. OBIIT AN 1598. AESTATIS 71.
En su lado izquierdo:
B-ARIAE-MONTANI-V-C-OSSA-EX-COENOBIO-EQVESTRO-D-IACOBI GALLIS-OCCVPANTIBVS-CIVITATEM-IN-AEDEM-MAXIMAM-TRANSDVCTA-ANN-MDCCCX-HOSTIBVS-FVGATIS-RELATA-DOMVM-PRISTINAM POSTREMVM-SODALITATE-ABOLITA-HIC-INLATA-SVNT-AD-GYMMASIVM-QVOD-IVVENIS-FREQVENTARAT-XII-KAL-SEPT-ANN-MDCCCXXXVIII-ACADEMIA-HISPAÑENSIS-RELIQVIS-ALVMNI-SVI-IVRE-VINDICATIS-LOCVM-MOVMENTI-DECREVIT.
En el sepulcro de la izquierda, en su lateral derecho leemos:
SIMVLACRVM SATRENVISSIMI AC PRVDENTISSIMI VIRI D. D. LAVRENTII SVAREZ DE FIGVEROA TRIGESIMI TERTII ORDINIS EQVESTRIS S. JACOBI MAGVISTRI, CVI VARIA ER PIA, ET VTILIA YNSTITVTO CONCINNAVIT: REGIBVS HENRICO III, JOANNI I NECNON JOANNI II STRENVAN NAVAVIR OPERAM IN BELLO MAVRITANO PRECLARA FACINORA GESSIT, SVMMVS IMPERATOR PRVNAM, FEBAM, ORTEXICAN CASTELLE CVM SVIS EQVITIBVS EXPVGNAVIT; ANNO MCCCCV HOC COENOBIVM EREXITVBISEPVLTVS ESTE CVM DIEM OBISSET SVPREMVM ANNO MCCCCIX.
En su lateral izquierdo, se difunde:
SIMVLACRVMD. D. LAVRENTII SVAREZ DE FIGVEROA TRIGESIMI TERTII ORDINIS EQVESTRIS S. JACOBI MAGVISTRI HISPALS CAENOBII EQVILE NEFARIE COMMOTATVM ANNO MDCCCX, JVGO TANDEM SERVITVTIS EXCVSSO INSTAVRATVM ET SVPREMO NVIMI RESTITVTVM ANNO M.DCCCXVI.
En la pared de fondo existen cuatro lápidas. A la derecha, arriba: “Aquí yacen las cenizas del señor don Pedro Ponce León, quinto señor de Marchena, conde de Medellín, primer conde de Arcos, y doña María de Ayala su mujer, de don Juan Ponce de León, conde de Arcos, sexto señor de Marchena, de don Fernando Ponce de León y doña Isabel Ponce de León, su hija”. A la derecha abajo: “Aquí yacen don Rodrigo Ponce de León, marqués de Cádiz que falleció el 27 de Agosto de 1492 y doña Beatriz, su mujer, sepultándose en la capilla mayor del Convento de San Agustín de esta ciudad, desde donde se trasladaron sus restos en el año de 1840 a expensas del excelentísimo señor don Pedro Tellez de Girón, actual duque de Osuna Arcos, por patriótica diligencia del doctor don Manuel López Cepero, encargado por el claustro de esta Universidad Literaria de Sevilla de la reparación y mejora de su templo.” A la izquierda, arriba: “Aquí yacen las cenizas de don Pedro Ponce de León, el viejo, de don Pedro Ponce de León, su hijo, y de doña Beatriz de Egerica hija de don Jaime de Aragón, nieto legítimo del rey de Aragón.” A la izquierda, abajo “La excelentísima señora doña María Alonso Pimentel Girón y Ponce de León, condesa duquesa de Benavente, Gandia, Bejar y Arcos erigió estos cuatro monumentos en el año de 1818, colocándolos en la capilla mayor del Convento de San Agustín, donde yacían los sepulcros de su gloriosa ascendencia destruidos por los franceses en 1810, cuando ocuparon la ciudad; fueron trasladados a este lugar en el año de 1840 con los restos que pudieron gallarse, y también las dos grandes tablas de Murillo, que estaban en dicha capilla y son de patronato de…”
En el lateral izquierdo del lado izquierdo del crucero contemplamos dos figuras de tamaño natural, en relieve, realizadas en bronce, y apreciamos esta laudatoria:
HIC-IACET-FRANCISCVS-DVARTEVS-VIR-CLARISSIMVS-MILITAIVM-COMEATVVM-C-V-CAVG-PRAE-MAX-QVI-MVLTIS-PROFVIT-ET-NEMINI-NOCVIT-ET-CATHERINA-DE-ALCOCER-COMIUX-SVI.
En el lado derecho  de la nave se encuentra un sepulcro que queda reflejado en la foto de la derecha de estas líneas. Tiene la siguiente inscripción: “Aquí yacen los restos mortales del Excmo. Sr. D. Luís José Sartorius y Tapia, Conde de San Luís, Vizconde de Priego, condecorado con varias grandes cruces españolas y extranjeras, presidente que fue del consejo de ministro del  congreso  de los diputados y embajador en Roma. Orador elocuentísimo y estadista insigne. Las letras hallaron en su infatigable anhelo por la ventura de la patria, un protector esclarecido, la amistad y el mérito una mano generosa, y el trono un consejero sabio y leal que no le aludó nunca ni le abandonó en la desgracia. Ardió en celo por la fe católica y muy nobles acciones ilustraron su vida: ninguna mancha la oscureció: ni aún la envidia, enemiga de su alto espíritu, logró mancillarla. Sus amigos y admiradores cuidaron de erigirle este monumento para honrar su memoria;  la Universidad Literaria de que fue alumno le trajo a éste su templo, donde reposan las cenizas de sus más preclaros hijos. ¡La luz del cielo resplandezca eternamente en su alma! Falleció el día 23 de febrero de 1871.”
Dos sepulcros tenemos en el primer arco de la izquierda de la nave. En el primero se lee: “Aquí yace el Excelentísimo Sr. D. Gerónimo Girón y Montezuma Ahumada y Salcedo, Marqués de las Amarillas, regidor perpetuo de Ronda, s patria, alcayde de su castillo y caballero de su Maestranza, consejero de Estado, teniente general de los Reales Ejércitos, Gran Cruz de las Órdenes de Carlos III y San Hermenegildo, comendador de Museos en la de Santiago, virrey de Navarra y decano del Supremo Consejo de Guerra. Nació el 7 de Junio de 1741. Y finó en Sevilla a 17 de octubre de 1819. Vivió como honrado, sirvió de ambos mundos como valiente, mandó como hábil, juzgó como sabio y murió como cristiano.”
En la lápida del sepulcro de la derecha está escupido: “aquí yacen los Ilustres Señores D. Antonio Desmaisieres Flores Rasoir y Peón, coronel de Infantería, caballero del Orden de Santiago y de la Real y Militar de San Hermenegildo y D.ª Manuela Fernández de Santillán y Valdivia Villasis Fernández de Córdoba y Mendoza, marqueses que fueron de La Motilla y de Valencina, Condes de Torralba y de Casa Alegre, barones de las casas, castillo y cuadra de Villanueva de Cubillas, de Embeba y de La Bleda, señores de las villas y lugares de¡ Moreda, Pozoblanco, Cuatro-Encinas, Torrequebradilla, Sato Domingo del Cañaveral, Turumbilo, Viura y su castillo, Reines, Creux Caudiés, Pontella y Teza, alcildes perpetuos del castillo y fortaleza de Almodóvar del río que fallecieron en el día 21 de julio de 1934 dejando buena memoria de su mérito y virtudes. Los trasladó de su panteón de San Gerónimo de Buenavista a esta iglesia, el respeto y el amor filial de su hijo D.  Fernando, actual marqués de La Motilla y de todos los expresados  títulos, el 2 de mayo de 184.”
En el centro del segundo arco de la derecha de la nave, se encuentra un monumento funerario con lápida s u pie que dice: “Valeriano Bécquer 1833-1970. Gustavo Adolfo Bécquer 1836-1870.” Sobre la misma, un ángel tiene un libro en su mano izquierda, cuyo lomo ofrece el siguiente título: “Rimas”, con su mano derecha sujeta un escudo donde está escrito: “En la cripta de este templo yace(n) las cenizas del poeta Gustavo Adolfo Bécquer. Por acuerdo e iniciativa de la R(eal) Academia Sevillana de Buenas Letras fue erigido este monumento a expensas del IImo. Señor marqués de Casa Dalp. MCMXIV.”
A la izquierda del enterramiento becqueriano existe una lápida en latín que expresa en castellano: “Aquí descansa en paz, Francisco Mateos Gago de Grazalema, sacerdote traductor de la lengua hebrea, intérprete de las antiguas escrituras, versificador, el primero en ingenio, doctrina e integridad. Igual en su nombre y amplitud católica de admirable lucha de ánimo respecto a la Iglesia y de inamovible fortaleza contra sus enemigos. Luchando por la verdad, llevando a término un vida integrísima, murió el día cuarto antes de las calendas de noviembre de 1890 a la edad de 63 años” su hermano José y el orden colegiado le hizo esta lápida para que no le faltara una honra en su Patria a tan gran hombre.
La lápida de la derecha, sujetada por cuatro clavos dorados, escrita en latín, manifiesta en castellano:” Antonio Martín Villa, almontano, rector de esta universidad, modesto, bueno, que desde su más tiernos años despreciando los ocios juveniles, se dedicó eternamente a las Ciencias, jurisconsulto, sapientísimo, escritor eregio de Letras, cultivador insigne de las Ciencias Naturales y de las Buenas Artes. Preclaro en erudición. Murió el día cuarto antes de los idus de marzo en 1876. Enterrado aquí por privilegio, sus discípulos y allegados el hicieron  este monumento a este en su memoria lo colocaron en 1893”
En el centro del tercer arco de la izquierda de la nave, se encuentra un mausoleo: Aquí yacen los excelentísimos señores don Federico Sánchez de Bedoya, 20 de enero de 1844, 19 de mayo de 1898, y su mujer doña Regla Manjón y Mergelina, condesa de Lebrija. 26 de octubre de 1851, 19 de febrero de 1938.
A la izquierda en una sencilla lápida: Rodrigo Caro, 10 de agosto de 1647.
A la derecha, en análoga lápida a anterior: Nicolás María Rivera, 5 de diciembre de 1878.
En el centro del tercer arco de la derecha de la nave, un lápida vertical propagada: Aquí yacen el Ldo. D. José Gestoso y Pérez, Gran Cruz de las Órdenes de Alfonso XI y de Isabel la Católica, comendador de número de la de Carlos III, gentilhombre de la Cámara de S.M. el Rey con ejercicio: correspondiente de las R(eales) Academias españolas de S(an) Fernando y de la Historia; académico secretario general de la de Bellas Artes, preeminente de la de Buenas Letras, oficial de Instrucción Pública de Francia. Gastó su vida en la defensa de los intereses históricos y artísticos de la esta ciudad, procurando solicitó la conversación de sus tradiciones y monumentos, cuya historia ilustró con su pluma, para honrar a su patria cuanto pudo. Descansó en el Señor el día 20 de septiembre de MCMXVII.
A la izquierda, tres pequeñas y sencillas lápidas. Una: Cecilia Bölh de Faber “Fernán Caballero”, 7 de abril de 1877. Otra: José Amador de los Ríos, 17 de febrero de 1878. La tercera: José María Izquierdo Martínez, 8 de julio de 1922.
A la derecha, otras tres lápidas análogas. Una: Rector Mota Salado, 8 de febrero de 1951. Le sigue: Jorge Díaz, 25 de Junio de 1869. Otra, Antonio Lecha-Marzo Martínez, 19 de mayo de 1919. Rector Mota Salado, 8de febrero de 1951. Le sigue: Jorge Díaz, 25 de Junio de 1869. Otra, Antonio Lecha-Marzo Martínez, 19 de mayo de 1919.

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